Desenmascarar a la impostora

Written by
Marta Barba
Consultant

El síndrome de la impostora es lo que se conoce como un problema psicológico en el que las personas que lo sufren son incapaces de reconocer sus propios logros y valía personal, por lo que viven con miedo de ser descubiertos, de que el resto vea que son unos mentirosos. Esta sensación de no ser suficiente afecta también a su crecimiento profesional, ya que, la falta de confianza les hace rechazar oportunidades de más responsabilidad y perder la ocasión de ocupar el espacio que realmente y por sus méritos, les corresponde.

Además, estudios recientes señalan que estos casos suelen ser más frecuentes en mujeres y hace poco estaba trabajando sobre el tema, me encontré con numerosas mujeres que nos preguntaban en qué consistía el síndrome y, al explicarlo, reconocían abiertamente y entre risas que ellas también lo sufrían. Es decir, que lo asumimos como algo normal y no le damos importancia a creernos menos capaces o meritorias de un éxito que, con total seguridad, hemos trabajado con mucho esfuerzo.

A veces, son pequeñas situaciones las que nos llevan a dudar de nosotras mismas. Por ejemplo, al abrir la hoja en blanco para redactar un nuevo post de nuestro querido blog de Archetype se me viene a la cabeza la facilidad con la que redactan los temas Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York o Jane Sloan en The Bold Type, incluso sentada en el sofá, ahí ¡de cualquier manera! Y de un pensamiento tan sencillo como “uy, a mí no me fluye el teclear tan alegremente”, boom, las dudas y los fantasmas.

Sin embargo, esa pequeña duda que surge en un momento puntual puede escalar y que afecte a nuestro desarrollo profesional, porque nos impedirá asumir nuevos retos. Se puede entender de una manera muy visual y sencilla en una publicación en Instagram del perfil @mentes_ilustradas, en que colaboran psicóloga Paula Álvarez y la ilustradora María Cabañas. No solo explican en qué consiste el síndrome de la impostora si no también sus manifestaciones.

 

También es muy esclarecedora la teoría del psicólogo David Dunning que expone que cuando algo sale mal, las mujeres tendemos a la atribución interna, es decir a pensar: ¿cómo podría haberlo evitado?, ¿no he hecho lo suficiente?; y, por el contrario, cuando algo sale bien, a la atribución externa: habrá sido suerte… Es algo sistémico, hemos crecido con ello, si eres mujer tienes que demostrar más y mejor que eres capaz, en el terreno personal y laboral.

Si bien es cierto que, aunque despacio, vamos viendo que la situación está cambiando tanto en la sociedad como en el entorno empresarial. Las compañías apuestan cada vez más por una cultura más abierta, diversa y con el objetivo de impulsar el liderazgo femenino.

Y ahí entra el objetivo de la comunicación, la importancia de darle visibilidad y que pueda seguir llegando a más gente. Porque es cierto que se van viendo cambios en la situación, tanto en la sociedad como en el entorno empresarial, donde cada vez más las compañías apuestan por culturas más abiertas, diversas y centradas en impulsar el liderazgo femenino.

Visibilizarlo hará más sencillo, primero, que quienes lo sufran sepan qué es y puedan identificarlo y, segundo y más importante darles a conocer las pautas para poder superarlo y que, por fin, aprendamos no solo a no desconfiar de nosotras mismas, sino también a celebrar nuestros logros como se merecen, porque ¡lo hacen! Y tenemos que empezar a creérnoslo.

 

 

 

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Marta Barba
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