La evolución (necesaria) del storytelling

Written by
Marisa Casado
Principal Consultant

 

 

El uso del storytelling en el marketing ha cambiado mucho en los últimos años. Internet, los móviles, las plataformas sociales y nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o la realidad virtual, han impactado en nuestros hábitos de consumo y también en la forma en la que creamos y consumimos publicidad. Ya no basta con contar una buena historia. Ahora para impactar realmente en la audiencia hay que ponerse el sombrero de explorador marketiniano y probar cosas nuevas.

En esta evolución necesaria del storytelling han ido surgiendo no pocas variantes: tenemos el storymaking, storydoing, storyliving, storyscaping, el storygiving… Todas aportan un extra interesante que merece la pena explorar, así que veamos rápidamente qué nos propone cada una de ellas y cómo aprovecharlas.

Storymaking
Si en el storytelling las historias que contamos se centran en la marca o producto que queremos potenciar, en el storymaking el foco son las personas. Aquí dejamos a un lado la empresa y ponemos a los clientes como protagonistas, para que sean ellos los que muestren los beneficios de un determinado producto a través de sus historias personales. Hay muchas marcas que lo hacen desde hace tiempo, con anuncios que muestran a la gente disfrutando de una vida mejor, gracias a sus servicios.

Storydoing
El storydoing lo que propone es vivir la experiencia. Se trata de ofrecer a los clientes la oportunidad de ver y experimentar el producto o servicio de forma real. De este modo no solo cuentas una historia, sino que pasas directamente a la acción, para que las personas comprueben que esa historia es cierta. También es una fórmula perfecta para fortalecer el vínculo entre la marca y su audiencia, al poder interactuar con ella de forma más cercana. 

Storyliving
El storyliving es parecido al storydoing, ya que busca que el consumidor conecte con la marca de una manera experiencial, genuina y única. Pero en este caso se trata de una interacción más completa que además del canal offline, incorpora el online. Se pueden usar muchos tipos de estrategias para ello y se pueden incluir tecnologías emergentes como la realidad virtual. Buenos ejemplos de storyliving serían los recorridos virtuales 360º, los probadores virtuales en el sector de la moda o la posibilidad de asistir a charlas online o en redes sociales e interactuar en tiempo real.

Storyscaping
Muy en línea con el storyliving tenemos el storyscaping, que propone directamente la creación de mundos alrededor de un producto para que los clientes puedan entrar, disfrutar y experimentarlo desde distintos ángulos. Algunos comparan este modelo con una suerte de “camino del héroe” donde el cliente sería el héroe y la marca el tutor que le acompaña por ese mundo virtual para informarle, guiarle y resolver sus dudas. Esta estrategia puede combinar experiencias offline y online. Un buen ejemplo podría ser la Universidad para gatos que creó  Whiskas para enseñarnos cómo cuidar a nuestros mininos.

Storygiving
Y por último, en una era en la que las personas son cada vez más reflexivas y conscientes del impacto social de las marcas, llega el storygiving para centrarse en el compromiso. Ya no hablamos solo de crear una experiencia increíble, también tenemos que mostrar que hay un cuidado detrás, del planeta y de la sociedad. En cualquier campaña que incorpore el storygiving, la huella que deja la marca en el mundo está por encima del propio producto. 

El storytelling por tanto, debería tener siempre una de estas variantes como compañera extra de viaje, ya que todas ellas son enriquecedoras y se pueden combinar para crear la campaña que mejor se adapte a cada necesidad. Porque ya no vale solo con mostrar un producto o servicio, las marcas tienen que demostrar su compromiso y autenticidad.

 

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Marisa Casado
Principal Consultant