Mucho ruido y pocas nueces

Written by
María Astorga
Consultant

 

Que levante la mano quien haya tenido que enfrentarse a una nota de prensa infumable, un estudio soporífero o un texto caótico. De esos que piensas, esto no lo va a leer nadie y mucho menos publicar.

En un mundo como el nuestro, en el que todos tenemos demasiada prisa y nadie regala un segundo de su tiempo, es fundamental ser creativos a la hora de vender una historia. Y eso hay que transmitírselo al cliente.

Muchas veces nos encontramos con notas de prensa escritas por personas más preocupadas por destacar los resultados económicos o cuidar la parte legal que por captar la atención del lector. O lo que es lo mismo, notas abocadas a terminar en la papelera.

Nunca es fácil explicar a un cliente que lo que te manda, tal cual está, no funciona, pero los periodistas reciben decenas de notas de prensa al día y destacar es fundamental. Es nuestra obligación comentarlo y ofrecer una versión mejor.

Podemos proponer al cliente humanizar el texto, contar una historia, crear un personaje que permita al lector imaginarse lo que estamos contando, y no empezar con algo abstracto. De este modo, a través del storytelling, podemos presentar la situación de una forma mucho más apetecible para quien la lee, contar lo que nos interesa contar y terminar con un final feliz.

Explicarle que la parte técnica va más adelante, si necesitamos mencionar un estudio o incluir datos, debemos ser concretos y utilizar ejemplos y símiles que el periodista pueda comprender con facilidad. Si comenzamos mencionando el estudio, aportando datos sin más, éste se aburrirá, se desconectará y ni siquiera recordará lo que ha leído pasados dos minutos.

Y, por último, tenemos que buscar un final redondo, una anécdota, una historia o un comentario que cierre la pieza. Que ofrezca una solución a la cuestión planteada.

Y es que en esta sociedad hiperconectada, donde el lector actual es un lector caprichoso e impaciente que accede a la información, por lo general, a través de una pantalla y que lee a ráfagas, es imprescindible diferenciarse desde el minuto uno.

Como decía Oliviero Toscani “El producto es el mismo, la diferencia reside en la comunicación”.

 

 

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María Astorga
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