Veo, veo, ¿qué ves?

Written by
Marta Barba
Consultant

 

Vivimos inmersos en la cultura de la imagen. Prácticamente cada mes las principales plataformas de contenidos en streaming anuncian novedades, y eso nos deja con casi infinitas posibilidades de series, películas y documentales a los que engancharse. Desde el punto de vista del usuario, tener un catálogo tan amplio hace bastante complicado elegir qué ver. Y, desde el otro lado, el objetivo de las plataformas tampoco es más sencillo: conseguir que lo veas (casi) todo. 

Para ello, se valen de la fuerza y el valor de la imagen también en sus campañas publicitarias. Tienen que conseguir crearnos la necesidad de ver la mayoría de las novedades, y ya puestos, el resto de su contenido en los ratos muertos, que los hay. Y todo solo utilizando una imagen fija. Un impacto, boom. 

Así es como suelen ser últimamente las campañas de marketing más virales, una sola imagen pero a tamaño gigante, que hace que todos los ojos se posen en ella por su originalidad, atrevimiento o ambas. Aquí, Netflix se ha convertido en un gran referente con campañas como la blanca navidad de Narcos o el cartel de sol con el que anunció la serie Drácula, que creó junto a la BBC. En él, a pleno día solo se veían estacas ensangrentadas clavadas en el lienzo, pero según iba anocheciendo, las sombras del sol dibujaban el perfil del famoso vampiro, jugando con la idea de su aparición solo de noche.

https://www.youtube.com/watch?v=Gj9CV1Gsvys

Este no es un formato nuevo, pero sí que ha conseguido volver a ganar relevancia. Y es que, ya lo dice el refrán: una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo, ¿os habéis parado a pensar que en muchos de estos carteles lo realmente importante es el texto? Por ejemplo, los dobles sentidos de los controvertidos carteles de Netflix anunciando la tercera temporada de Sex Education o la reciente campaña de de la hamburguesería de delivery Vicio. La compañía ha trabajado con la modelo Jessica Goicoechea para hacer un juego de palabras entre su apellido y el nombre de la competencia, Goiko, que nos recuerda las históricas “guerras de cartelería” entre grandes competidores, como Coca-Cola y Pepsi o McDonalds y Burger King.

 Decía el fotógrafo Robert Capa: “No hay nada peor que una imagen brillante en un concepto borroso”. Lo vemos en comunicación día a día, no se trata de que la imagen eclipse al texto, sino de encontrar el equilibrio entre ambas. Conseguir que foto e información se complementen. Y coinciden también los redactores de diferentes medios, que me han confirmado (¡Gracias, chicos!) que es útil para ellos que nuestros comunicados incluyan una foto, que no sea genérica y se adapte a su formato ya sea papel o digital, para poder crear un artículo llamativo. 

Por tanto, sí, nuestra atención la puede captar una imagen, pero para mantener ese interés, tiene que ir acompañada de un texto que también sea atractivo y original. Al fin y al cabo, es algo que hemos aprendido desde pequeños, la conciencia semántica, asociar las palabras con las imágenes para conseguir que entendamos mejor el mensaje. Y de eso trata la comunicación y el PR, de que todo el mundo entienda la historia que queremos contar.

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Marta Barba
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